¿Qué es la Inteligencia Emocional?
Rasgos de una Alta IE
Rasgos de una Baja IE
Hábitos de una persona con una alta IE
La Neurociencia tras la I.E.
Los Papás y la IE
Los Maestros en el desarrollo emocional y social
Para Reflexionar
¿Qué es la Inteligencia Emocional?
Por Sofía Smeke M.
Psicoterapeuta, Maestra en Terapia Racional Emotiva y Conductual (TREC), Biodescodificadora, Autora del Programa Alcanzando la Inteligencia Emocional, Conferencista, con más de 25 años de experiencia en el sector educativo, en la atención psicológica y emocional.
Es la capacidad para saber identificar, expresar y manejar adecuadamente las emociones, así como para saber adaptarse a cualquier situación y manejar adecuadamente las relaciones interpersonales con el objetivo de encontrar un bienestar en nuestras vidas. Estas habilidades crean alegría, amor y éxito en todos los aspectos de la existencia. Daniel Goleman, en su famoso libro “La Inteligencia Emocional” nos explica que es una forma diferente de ser inteligente, así como que la Inteligencia Emocional es un factor predictor de éxito mayor que el IQ.
La inteligencia personal se compone por:
Inteligencia Interpersonal
La Inteligencia Intrapersonal, es aquella habilidad que nos posibilita conocernos a nosotros mismos y a nuestros propios procesos. A través del desarrollo de la Inteligencia Intrapersonal es que logramos aprender a autoevaluarnos de un modo objetivo y claro y a aceptarnos como somos, apreciando nuestras cualidades y cambiando aquellas actitudes que no nos traen ningún tipo de bienestar a nuestras vidas. La Inteligencia Intrapersonal, es aquella que nos fomenta el poder identificar, reconocer, nombrar, expresar y canalizar adecuadamente nuestras emociones con el fin de que estas no interfieran en el alcance de las metas que nos hemos propuesto, si no que al contrario, nos posibiliten en mayor medida el poder a alcanzarlas. Gracias al desarrollo de esta inteligencia podemos manejar mejor el estrés, el enojo, tolerar la frustración y enfrentar las circunstancias de nuestras vidas de una forma más responsable y optimista y/o positiva.
Inteligencia Intrapersonal
La Inteligencia Interpersonal es la capacidad para poder relacionarnos en una forma apropiada con las personas que nos rodean. Esta inteligencia se encuentra compuestas por habilidades como la empatía, que nos permite “ponernos en el lugar de las personas” y la asertividad, que nos facilita comunicarnos y expresarnos de una forma clara y sincera con las personas sin pasar sobre sus derechos, pero sin permitir tampoco que se pasen sobre los nuestros.
Dentro la Inteligencia Interpersonal encontramos otras habilidades como la escucha efectiva y la escucha activa, la expresión adecuada de emociones, y el uso de formas convenientes para la solución de problemas etc. las cuales son solo algunas de las prácticas y destrezas que nos facilitan interactuar mejor con las personas, así como convivir con ellas en forma más eficaz y positiva dentro equipo de trabajo logrando comunicarnos de un modo más acertado y oportuno, encontrando así mejores opciones a las circunstancias que nos van presentando día a día la vida.
Rasgos de una Alta IE
Por Sofía Smeke M.
Psicoterapeuta, Maestra en Terapia Racional Emotiva y Conductual (TREC), Biodescodificadora, Autora del Programa Alcanzando la Inteligencia Emocional, Conferencista, con más de 25 años de experiencia en el sector educativo, en la atención psicológica y emocional.
Expresa emociones clara y directamente,
comenzando con un:
– “Yo me siento…”
– No “disfraza sus emociones o pensamientos con algo como: “Yo siento que….”
– No siente miedo de expresar sus emociones y sentimientos
– No se deja dominar ni bloquear por emociones negativas como:
– Miedo, preocupación, angustia, frustración, desesperanza, desilusión o victimización
– Posee un autoconcepto claro y congruente a la realidad
– Es capaz de leer el lenguaje corporal
– Sabe interpretar el mensaje de sus emociones
– Puede poner en equilibrio los pensamientos, las emociones y la realidad
– Actúa por deseo y convicción propia, no por obligación, fuerza o presión de grupo
– Es independiente y se apega a sus propios valores morales
– Está motivado por sí mismo
– Su motivación no proviene del dinero, fama, poder, posición o aprobación
– Es capaz de reponerse emocionalmente
– Sabe salir adelante de un fracaso y aprender de sus errores
– Está interesado en los sentimientos de las personas
– No le es difícil hablar de sentimientos y emociones
– Es capaz de identificar varias emociones a la vez y darles un manejo adecuado
Rasgos de una Baja IE
Por Sofía Smeke M.
Psicoterapeuta, Maestra en Terapia Racional Emotiva y Conductual (TREC), Biodescodificadora, Autora del Programa Alcanzando la Inteligencia Emocional, Conferencista, con más de 25 años de experiencia en el sector educativo, en la atención psicológica y emocional.
A continuación algunos comportamientos
que demuestran una baja IE
– No sabe escuchar, interrumpe, invalida
– No sabe leer el lenguaje corporal de las personas
– No asume responsabilidad por sus emociones culpa a otros por ellas
– Le es difícil identificar la razón por la cual se siente de un modo determinado y frecuentemente culpa a otros por sentirse de esa forma
– Ataca, condena, impone, critica, invalida, sermonea, aconseja sin ser requerido y juzga a otros sin darse cuenta del impacto que estas actitudes provocan en otros
– Exagera o minimiza sus emociones
– Oculta información sobre sus emociones o no es honesto al expresarlas
– Permite que los conflictos crezcan y que después “exploten” o en oposición a esto, puede “explotar” por cualquier cosa
– Le falta de integridad personal
– Le falta de consideración hacia los demás
– Es insensible a las emociones de las otras personas
– Le es muy difícil perdonar o no lo hace
– Uno nunca sabe si se cuenta con él/ella
– Actúa sus emociones en vez de hablarlas
– Juega juegos: es indirecto o evade
– No muestra empatía ni compasión por los demás
– Es rígido, inflexible y necesita de reglas para sentirse seguro
– No permite la intimidad emocional
– No considera las emociones de los demás, ni su propio futuro antes de actuar
– Está constantemente a la defensiva y le es difícil aceptar errores, expresar arrepentimiento y ofrecer disculpas
– Evita responsabilidad diciendo: “¡No tenía otra opción!”, “¡Fue su culpa!
– Es pesimista y siempre piensa que el mundo es injusto
– Frecuentemente se siente víctima, resentido, inadecuado, amargado o decepcionado
– Le es difícil empezar oraciones con un: “Me siento…”
– Frecuentemente comienza oraciones con un: “Yo creo que tú…”
– En vez de hablar desde la propia persona: “Yo me siento… porque…” Usa frases como: “Yo siento que tú…”
– Se cierra a sus ideas porque es demasiado inseguro para abrirse a nuevos horizontes
Hábitos de una persona con una alta IE
Por Sofía Smeke M.
Psicoterapeuta, Maestra en Terapia Racional Emotiva y Conductual (TREC), Biodescodificadora, Autora del Programa Alcanzando la Inteligencia Emocional, Conferencista, con más de 25 años de experiencia en el sector educativo, en la atención psicológica y emocional.
Nombra sus emociones en vez de etiquetar
a las personas o las situaciones. Ejemplos:
– “Me siento lastimado” en vez de: “¡Eres un insensible!”
– Diferencia entre pensamientos y emociones. Ejemplo:
– “Pienso que no querías venir conmigo a la fiesta” (pensamiento)
– “Me sentí desilusionado” (sentimiento)
– Toma responsabilidad por sus emociones. Ejemplo:
– “Me siento celoso” en vez de: “Me haces sentir celoso”
– Usa sus emociones para tomar mejores decisiones. Ejemplo:
– “Tomar esta decisión… ¿Cómo me hace sentir?, ¿Qué me está indicando este sentimiento?
– Muestra respeto por las emociones de los demás. Ejemplo: “¿Cómo te sentirías si hiciera, si yo fuera a…”?
– Usa el enojo como una emoción productiva. Ejemplo: “Este enojo lo usaré para enfrentar el problema de una vez por
todas y arreglar lo que no me gusta. Propondré que tengamos una plática”
– Valida las emociones de los demás, al escuchar con atención y mostrar empatía y aceptación
– Evita controlar, juzgar, criticar, aconsejar y sermonear a otros
– Evita a toda costa a personas que lo invalidan como seres humanos o que invalidan sus emociones o no las respetan
– “Me siento lastimado” en vez de: “¡Eres un insensible!”
– Diferencia entre pensamientos y emociones. Ejemplo:
-“Pienso que no querías venir conmigo a la fiesta” (pensamiento)
– “Me sentí desilusionado” (sentimiento)
– Toma responsabilidad por sus emociones. Ejemplo:
– “Me siento celoso” en vez de: “Me haces sentir celoso”
– Usa sus emociones para tomar mejores decisiones. Ejemplo:
– “Tomar esta decisión….¿Cómo me hace sentir?, ¿Qué me está indicando este sentimiento?
– Muestra respeto por las emociones de los demás. Ejemplo:
– “¿Cómo te sentirías si hiciera, si yo fuera a…..”?
– Usa el enojo como una emoción productiva. Ejemplo:
“Este enojo lo usaré para enfrentar el problema de una vez por
todas y arreglar lo que no me gusta. Propondré que tengamos una plática”
– Valida las emociones de los demás, al escuchar con atención y mostrar empatía y aceptación
– Evita controlar, juzgar, criticar, aconsejar y sermonear a otros
– Evita a toda costa a personas que lo invalidan como seres humanos o que invalidan sus emociones o no las respetan
La Neurociencia tras la I.E.
Por Sofía Smeke M.
Psicoterapeuta, Maestra en Terapia Racional Emotiva y Conductual (TREC), Biodescodificadora, Autora del Programa Alcanzando la Inteligencia Emocional, Conferencista, con más de 25 años de experiencia en el sector educativo, en la atención psicológica y emocional.
A continuación se explicará cómo el funcionamiento del cerebro impacta
el desarrollo de la Inteligencia Emocional
El cerebro se humano se encuentra estructurado por varias capas alrededor de un centro. Estas capas para su estudio han recibido distintos nombres:
1º. Cerebro o Cerebro Instintivo o Reptiliano.
2º. Cerebro o Cerebro Límbico o Emocional.
3º. Cerebro o Cerebro Cortical o Frontal (Racional).
El cerebro Instintivo o Reptiliano como lo dice su nombre, controla nuestros instintos, nuestros reflejos y nuestras funciones básicas para la supervivencia. Los anfibios, los peces, y las aves cuentan con esta estructura en sus cerebros ya que estos actúan básicamente en función a sus instintos. Este cerebro no puede resolver problemas, pero sin él no podríamos sobrevivir; por otro lado nos mantiene alertas de nuestras necesidades primarias como el hambre, la sed, el sueño con el fin de poderlas satisfacer adecuadamente.
El cerebro Límbico o Emocional involucra las emociones que experimentamos día a día. Sin este cerebro no sentiríamos nostalgia o emoción, miedo o enojo. Muchos mamíferos poseen también esta estructura en sus cerebros, los que les permite experimentar emociones como alegría o tristeza. El cerebro límbico se caracteriza por generar emociones, reacciones y acciones impulsivas.
Esta parte del cerebro también nos brinda, a los seres humanos, memorias de eventos pasados y como nos sentimos en ellos ya que el segundo cerebro o cerebro límbico está relacionado con la parte del cerebro que guarda la memoria, el hipocampo. Esta relación nos da la posibilidad de aprender de nuestros errores y volver a intentar la próxima vez con más éxito.
El tercer cerebro o cerebro Cortical, llamado también Cortex, involucra el pensamiento, la capacidad para resolver problemas, para decidir, para anticipar consecuencias, para planear y para fijarnos una meta y un camino para alcanzarla. El tercer cerebro nos da la capacidad para identificar, reconocer y nombrar nuestras emociones y para manejarlas adecuadamente, sin la impulsividad que caracteriza al cerebro límbico. Pero….
¿Cómo es posible lograr este manejo? El cerebro límbico se caracteriza por una estructura en forma de
anillo, la cual cierra con una pequeña esfera en forma de almendra llamada la amígdala (no la de la garganta). La función de la amígdala es activar la adrenalina en el cuerpo frente a un estímulo peligroso que indique que la persona se encuentra en un estado emergencia frente al cual debe reaccionar para lograr sobrevivir. Frente a un estímulo de peligro, el hipotálamo recibe la información amenazante del medio ambiente. Parte de la información es mandada al cerebro cortical que es el pensante o racional y parte de esta información es mandada al cerebro
límbico o emocional y de ahí a la amígdala.
La amígdala automáticamente recibe el mensaje de emergencia y activa la adrenalina en el cuerpo para su sobrevivencia y es así
como el organismo reacciona y el cuerpo se prepara para la huida o el ataque. Los sintomas de esta reacción sn: los puños
se aprietan, las piernas tiemblan, la mandíbula se tensa, el corazón y la respiración se aceleran….mientras tanto el mensaje también llega al pensamiento, pero más lentamente que la emoción, por esta razón frecuentemente cuando uno NO se encuentra en una situación de sobrevivencia y “el león no lo viene persiguiendo” y nos sentimos amenazados frente a un fuerte enojo, podemos reaccionar más rápido de lo que se actúa y las personas podemos hacer y decir cosas de las que después uno quisiera dar marcha atrás y no es posible.
Una persona emocionalmente inteligente, ha entrenado a su pensamiento y a su emoción de tal forma, que por medio de técnicas especiales logra manejar adecuadamente sus emociones para evitar reaccionar de una forma impulsiva y poco conveniente, permitiendo que sea el cerebro cortical el que decida y no el cerebro límbico, esto es actuar de una forma:
emocionalmente inteligente.
Cuando permitimos que el cerebro límbico maneje nuestras decisiones y nuestra vida, estamos a merced de nuestras emociones y nuestros impulsos; no somos nosotros los que controlamos nuestra vida, sino que las circunstancias son las que nos manejan. Una persona emocionalmente inteligente sabe manejar sus emociones de una forma adecuada en el alcance de su propio bienestar. A diferencia del Coeficiente Intelectual (CI) las habilidades de la Inteligencia Emocional son habilidades que se pueden desarrollar y entrenar en el beneficio de nosotros mismos.
Los Padres, los primeros entrenadores de la IE
Por Sofía Smeke M.
Psicoterapeuta, Maestra en Terapia Racional Emotiva y Conductual (TREC), Biodescodificadora, Autora del Programa Alcanzando la Inteligencia Emocional, Conferencista, con más de 25 años de experiencia en el sector educativo, en la atención psicológica y emocional.
La escuela es el lugar por excelencia en el cual adquirimos información y conocimientos importantes para la vida y para nuestro desarrollo en general; sin embargo podemos afirmar que las habilidades básicas para el desarrollo de la Inteligencia emocional, las adquirimos a través de nuestros padres, pues son ellos nuestros primeros maestros en este terreno, ya que a través de su ejemplo, moldean estas habilidades en nosotros desde los primeros días de nuestras vidas.
Actualmente los padres deben enfrentar una serie de retos y problemáticas que en tiempos anteriores no eran necesario desafiar, tales como:
→ Cambios en la estructura de la familia
→ Madres que trabajan
→ Menor tiempo para dedicarle a los hijos
→ Altas tasas de divorcios de padres “solteros”
→ Una sociedad cambiante y altamente competitiva
→ La influencia de medios masivos de comunicación como la televisión y los videojuegos
→ Una actitud social hacia la satisfacción del placer instantáneo
→ Alta influencia y acceso a adicciones de tabaco, alcohol y drogas
→ Alta influencia de la tecnología en la vida en general y en la de nuestros hijos
Todas estas razones obligan y comprometen al padre/madre a convertirse en un padre o madre “emocionalmente inteligente” con el fin de que pueda dotar a su hijo(a) de las herramientas necesarias para enfrentarse al mundo que nos ha tocado vivir.
Hoy los padres deben cuidar de una disciplina firme en la que se manejen LÍMITES FIRMES, CLAROS, CONGRUENTES Y ANTICIPABLES sin que estos lleguen a ser arbitrarios o injustos y a la vez deben poseer una actitud de contención en la que se permita y favorezca la libre expresión de las emociones, el sano desarrollo de la autoestima y de las habilidades sociales, todas estas estrategias que beneficiarán al niño o al joven al máximo desarrollo de una personalidad plena que le facilite alcanzar un desarrollo sano y armónico de su autoestima con el fin de que logre alcanzar todas sus metas en diferentes campos: personal, académico, social, pero sobre todo que le posibilite alcanzar su plena seguridad y su felicidad. Comprender qué es la Inteligencia Emocional y cómo desarrollarla primero en uno mismo y luego en sus hijos (ya que debemos recordar que no podemos dar aquello que no poseemos), permitirá a padres, convertirse en los mejores maestros o “couches” de la Inteligencia Emocional de sus hijos, así como facilitará la comunicación entre padres e hijos y mejorará la relación ampliamente.
Convertirse en padres emocionalmente inteligentes, implica una serie de beneficios para padres e hijos que brindarán a ambos bienestar y plenitud y mayores herramientas para enfrentar los desafíos de la vida.
En “Alcanzando la Inteligencia Emocional” contamos con Talleres para Padres que los auxiliarán a lograr este maravilloso objetivo.
Los Padres, los primeros entrenadores de la IE
Por Sofía Smeke M.
Psicoterapeuta, Maestra en Terapia Racional Emotiva y Conductual (TREC), Biodescodificadora, Autora del Programa Alcanzando la Inteligencia Emocional, Conferencista, con más de 25 años de experiencia en el sector educativo, en la atención psicológica y emocional.
El tiempo en el que el maestro llegaba a clase a impartir una serie de conocimientos o dar cierta información a los alumnos y por eso se consideraba un maestro quedó en el pasado.
En la actualidad el papel del maestro no solo es el de instructor o mediador de conocimientos; el profesor hoy en día es un formador integral de la personalidad de sus alumnos y una pieza clave en el desarrollo emocional y social de sus alumnos. Un maestro enseña con lo que hace y con lo que no hace, con lo que dice y con lo que no dice, modela a todo momento con su conducta, con su ejemplo, por medio de sus palabras, sus actitudes, sus valores y su manera de manejarse en todo momento y es precisamente por estas razones que un maestro está comprometido con sus alumnos en su rol de formador de personalidad de niños y jóvenes. Existen varias técnicas y estrategias que el maestro puede desarrollar dentro del Taller de Emociones, en sus clases y dentro de cualquier asignatura, así como por medio de su actitud y la forma en la que se relaciona con sus alumnos para formar en ellos una sana autoestima y el desarrollo de habilidades sociales que les facilitarán alcanzar un mayor éxito y desenvolvimiento en todo aquello que sus alumnos emprendan.
En “Alcanzando la Inteligencia Emocional” contamos con Talleres para Maestros que les brindarán de las herramientas para lograr desarrollar al máximo la Inteligencia Emocional en sus alumnos.
Para Reflexionar “En la vida existe evidencia de que estado psicológico de una persona afecta su salud. Depresión, tristeza, pesimismo son emociones que deterioran la salud a corto y a largo plazo” Martin Selligman “Los chicos con habilidades para manejar la frustración, controlar sus emociones y relacionarse mejor con los demás son niños en los que se predice mayor éxito. Su inteligencia emocional es un predictor más seguro que su coeficiente intelectual” Sanrey & Valiant “Las habilidades sociales y emocionales son cuatro veces más importantes que el coeficiente intelectual al determinar el éxito profesional” Fiest & Barron “El 80% del éxito en la vida de un adulto proviene de su inteligencia emocional” Daniel Goleman “Emociones fuera de control, pueden transformar a personas inteligentes en tontas” Daniel Goleman “En conclusión, no podemos negar o dar por hecha la vida emocional de nuestros niños y adolescentes. Las emociones dirigen nuestro comportamiento, dan forma a nuestros valores e influencia y determinan nuestras habilidades en las tomas de decisión. Autoconciencia, motivación, manejo de emociones, habilidades sociales y empatía son componentes importantes, básicos e interdependientes de la inteligencia humana” Daniel Goleman “La vida no se trata de ser mejor que nadie, Sino de ser lo mejor que podemos ser”. Gifted and family Dynamics “La Inteligencia Emocional es la capacidad para lograr resultados positivos en nuestras relaciones, con nosotros mismos y con los demás. Estas habilidades, que se pueden aprender, crean alegría, amor y éxito en todos los aspectos”. Joshua Freedman
Sofía Smeke M.
Licenciada en Pedagogía, con más de 20 años de experiencia en terapia infantil. Tiene una maestría en Terapia Cognitivo Conductual. Escritora de más de 20 libros y fundadora de la Escuela iFeel para para el desarrollo de la Inteligencia Emocional y las habilidades sociales en la prevención del Bullying en niños y jóvenes.
Dirección:
Lomas de las Palmas, Huixquilucan, Edo. De México, cp. 52788
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